domingo, 26 de septiembre de 2010

EL COLEGA BOBBY


Una de las características más reconocidas de los americanos es su deseo de ser héroes, son sin duda la primera potencia mundial a la hora de soñar en ideales de vida (aunque irónicamente en la vida real han creado una imagen de gañanes ilusos y peligrosamente inestables). La mayor prueba de ello es Hollywood, el cuartel general desde donde transmiten (y ya que están comercializan casi siempre) sus sentimientos e ilusiones. Pero en ocasiones es al revés y es la realidad la que colma de sentimientos al cine.

Emilio Estevez, sin duda, establece su mayor logro con esta película. Es verdad que tener una extensa cantera de buenos actores (los cuales no voy nombrar para que disfruten mejor del los momentos “choooss y este que hace aquí”), una banda sonara bien elegida y una metódica realización siempre ayudan a dar vida a un guión. Pero aparte de las encarnaciones carismáticas, las canciones legendarias y los juegos de cine y realidad, el truco en este caso radica en el entretenido estilo de la multi-historia,  sencillamente porque da mucha dinámica y exige la atención continua del espectador. Una trama central con ramificaciones que no tienen relación directa pero que indirectamente dependen unas de otras, ya que individualmente serían simples relatos sin mayor relevancia pero que juntos se complementan como un helado de pistacho y limón… por separado tienen sabores aparentemente sin afinidad alguna pero su combinación es un deleite para el paladar.

PD: atentos a Simon & Garfunkel  y una recomendación personal; vean el final tres veces, la primera para terminar de ver la peli, en la segunda cierren los ojos y sólo escuchen, y finalmente a la tercera apaguen el sonido y recuerden lo que escucharon.

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