Imaginad todos los tipos de miserias que atormentan las
vidas de los seres que yerran por los pasillos de esos industrializados institutos
del urbano occidente y dibujad con ellas un poema, ahora haced de ese poema un
documental, pues eso es Indiferencia.
No es una reseña muy esclarecedora pero siempre he dicho que
el único que puede explicar apropiadamente una obra es su autor, que en este
caso son el excéntrico tartamudo Tony Kaye, el mismo que estuvo al volante de
American History X, y un co-productor y un escritor sin recorridos más notables
que este film, Marco Frigieri y Carl Lund respectivamente. Y es que aunque se
trate de la típica historia de un profesor sustituto que convierte todo lo que
toca en algo brillante e inspirador, que entabla una serie de poderosas
relaciones con jóvenes náufragos de la adolescencia, no es una película típica
para nada. A parte de tener a Adrien Brody como estrella principal al frente,
una gala de divertidos cameos y una prometedora cuadrilla de debutantes, entre
la que destacan Sami Gayle y Betty Kaye, la realización está detalladamente
elaborada, con un estilo propio pero casi como un collage de estilos familiares,
la narración bajo la mirada de un simple hombre culto de varias melancólicas
historias humanas como una sola pena, que contrasta con la imagen simplista de
un documental con un objetivo irónicamente didáctico y un tono crítico para
denunciar las consecuencias de un sistema educativo autodestructivo. Pero si
algo me cautiva en una peli es el guión y Carl ha dado con una expresión
poética y algunos diálogos que gritan pasmantes reflexiones.
Dejando a un lado todos los detalles con los que me relamo
como cinéfilo empedernido que soy, el motivo por el que traigo este título aquí
es porque es un gran ejemplo de lo que venimos discutiendo en nuestro otro blog
últimamente, la educación y el futuro. Y aunque sea un drama sobre lo difícil que
es crecer y ayudar a crecer hoy en día, el mensaje que yo leo es de esperanza,
de que aun entre la poluta nube que contamina la maduración de las próximas generaciones
existen algunos brillantes rayos de ilustración que pueden ayudar a potenciar
el desarrollo humano que es la formación y que la solución no radica en sistemas ni en métodos sino en la responsabilidad, vocación y disposición de los
educadores, que son tanto profesores, entrenadores y familiares como todo aquel que toma un
papel influenciable en la vida de un niño.
1 comentario:
Pues no la he visto, pero con el tema que trata y con esa conclusión luminosa q tú sacas de ella, creo q no debo perdérmela.
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