domingo, 22 de julio de 2012

Volver para irse.

Lo ha conseguido, y ya está. Ese es el comentario que más define el último golpe de Nolan, que con fuerza  ha plantado el punto final de la gran trilogía del caballero oscuro.

Todo empezó con una revolucionaria versión del legendario héroe, luego elevó el listón a la cúspide con una secuela magistral y ha sido capaz de concluir la obra con contundente cierre de telón. Sí hay ciertos detalles que abren la polémica de si esta tercera entrega acaba de cubrir completamente la sombra de la segunda pero definitivamente esta claro que contiene suficientes detalles dignos de admiración.

Obviando la genialidad de los ya conocidos métodos de Nolan, como la calculada realización y el elaborado rodaje de vieja escuela con las pinceladas digitales justas, para esta hazaña se ha terminado de reclutar a su equipo de estrellas personalizado para complementar a los titulares de la leyenda, el inmejorable Bruce Wane de Christian Bale y sus dos escuderos Alfred y Fox a los que tan bien se amoldan los carismáticos Michael Caine y Morgan Freeman respectivamente, sin olvidarnos de Gary Oldman que se ha ganado el titulo de Comisionado por la fuerza de encarnción de Jim Gordon. Por un lado Nolan ha tirado de sus fiables ases encabezados por Tom Hardy, que con tan solo sus ojos expresa todo el odio del curtido villano Bane, un personaje pulido para tomar el control de la sala cuando su voz inunda los altavoces, mientras la impresionante Marion Cotillard le da los ojos ideales a la cautivadora Miranda, tamebién Joseph Gordon que encaja perfectamente como su discreto pero imprescindible personaje, "Blake".  Y finalmente la grata sorpresa de Anne Hathaway que consigue demostrar el polimórfico talento de los actores para volverse una dura y sexy cat woman que puede que la saque de una vez su de su encasilladora imagen de comedia romántica.


Y así Cristopher Nolan termina de crear no sólo un nuevo referente de la leyenda de Batman sino un completa obra cinematográfica que invita a ir a la gran pantalla, y es que la clave para salvar el cine (el lugar) es que se haga cine del bueno (el arte).

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y MOrgan Freeman junto con el mayordomo Alfred...unos maestros históricos!!