La historia no es que parezca muy original: otra vez el típico hombre aparentemente "normal", ciudadano ejemplar (en este caso sí que el título tiene sentido en español, enhorabuena al responsable, por esta vez) al que la desgracia le cae encima por pura casualidad y le destroza su familia. Otra mujer y otra hija más muertas trágicamente a manos de unos desalmados impresentables. El recurso de tantas otras veces usado otra vez más, al que sin embargo, aquí le dan una curiosa vuelta de turca. El tipo "normal" resulta no ser tan "normal" y su esperada venganza es muy muy elaborada y no dirigida exclusivamente hacia los asesinos mismos, sino hacia todo el sistema que consensuó con ellos para pactar una salida a medias.
Te va sorprendiendo, con interesantes efectos y giros que te hacen pasar un buen rato. Plantea (por enésima vez) el hecho de la venganza y la justicia por la propia mano, haciéndote deliberadamente dudar de todo, de lo que es bueno y lo que es malo, de lo que tú harías o no, de lo que él parece que hace, pero resulta que no, de si el fiscal y su equipo son buenos o malos, o al menos si te pones de su parte o no, de la juez (joder con la juez, atentos a ella)...
Total, que dentro de la escasa originalidad del planteamiento, consiguen sobrevivir bastante bien casi toda la película. Casi. Llega un momento en que la situación es tal que ya no sabes qué va a pasar y qué prefieres que pase, y tan espeso y elaborado y sofisticado es todo, que pierden el rumbo con algunos detalles folijtos y muy discutibles, para llegar a un final amargo y fuerte, algo precipitado, pero lógico por otra parte. Final que, da por fin un toque de genialidad al malo que en realidad es el bueno y que de alguna manera, permite que acabe imponiéndose el supuesto bien. Al menos el bien de la comunidad frente al del individuo que pretende atacar al sistema.
El rol del protagonista, medias entre héroe y villano, tiene detalles poderosos y en él crean una figura a medio camino entre el científico, el agente, el espía, el asesino, el experto superdotado, el ciudadano ejemplar, al padre afligido... una amalgama que acaba por ser inabarcable. Todos los demás roles son tópicos que no aportan nada en absoluto, sólo bailan al son del protagonista. Algunos papeles, son un tanto flojos, incluso patéticos de puro topicazo (a destacar el bodrio de la alcaldesa, como autoridad suprema). Otros son excesivamente estereotipados y con el sello en la frente de "soy malo, tonto y detestable, y me merezco lo que está a punto de pasarme". Pero bueno, el cine comercial y rapidito es así, y éste no es de lo peor, al revés, merece la pena pagar la entrada y pasar un buen el rato dejándose llevar.
Los dos protagonistas no están nada del todo mal. Gerard Butler (el duro héroe espartano de “300”, por ejemplo) perfila una actuación con la que también se le identificará siempre, pero que no acaba de cuajar del todo. Jamie Foxx tampoco está tan bien como en otras ocasiones (recuerdo su participación estelar en CRASH), pero es que el papel no ayuda nada. Unos cuantos buenos secundarios habituales, que cumplen en sus papeles de tan escasísima enjundia y poco más.
El director es Gary Gray, el de, por ejemplo, “Italian job” (la de los minis) o "El Negociador", y parece que se mueve mejor en la violencia simple y salvaje que en la sutileza del thriller psicológico que pretende ser ésta del ciudadano éste, pero bueno, la factura es muy correcta, la fotografía es brillante (de Jonathan Sela, francés, experto en publicidad y vídeos musicales, por ejemplo para Cristina Aguilera, Korn, Travis, Jamie Cullum, LL Cool J, Nelly...) y los efectos están a la altura de lo que se espera en estas películas perfectas para palomitas y a olvidar desde que sales del cine (a destacar por ejemplo el final, que será imagen icónica de la película).
Te va sorprendiendo, con interesantes efectos y giros que te hacen pasar un buen rato. Plantea (por enésima vez) el hecho de la venganza y la justicia por la propia mano, haciéndote deliberadamente dudar de todo, de lo que es bueno y lo que es malo, de lo que tú harías o no, de lo que él parece que hace, pero resulta que no, de si el fiscal y su equipo son buenos o malos, o al menos si te pones de su parte o no, de la juez (joder con la juez, atentos a ella)...
Total, que dentro de la escasa originalidad del planteamiento, consiguen sobrevivir bastante bien casi toda la película. Casi. Llega un momento en que la situación es tal que ya no sabes qué va a pasar y qué prefieres que pase, y tan espeso y elaborado y sofisticado es todo, que pierden el rumbo con algunos detalles folijtos y muy discutibles, para llegar a un final amargo y fuerte, algo precipitado, pero lógico por otra parte. Final que, da por fin un toque de genialidad al malo que en realidad es el bueno y que de alguna manera, permite que acabe imponiéndose el supuesto bien. Al menos el bien de la comunidad frente al del individuo que pretende atacar al sistema.
El rol del protagonista, medias entre héroe y villano, tiene detalles poderosos y en él crean una figura a medio camino entre el científico, el agente, el espía, el asesino, el experto superdotado, el ciudadano ejemplar, al padre afligido... una amalgama que acaba por ser inabarcable. Todos los demás roles son tópicos que no aportan nada en absoluto, sólo bailan al son del protagonista. Algunos papeles, son un tanto flojos, incluso patéticos de puro topicazo (a destacar el bodrio de la alcaldesa, como autoridad suprema). Otros son excesivamente estereotipados y con el sello en la frente de "soy malo, tonto y detestable, y me merezco lo que está a punto de pasarme". Pero bueno, el cine comercial y rapidito es así, y éste no es de lo peor, al revés, merece la pena pagar la entrada y pasar un buen el rato dejándose llevar.
Los dos protagonistas no están nada del todo mal. Gerard Butler (el duro héroe espartano de “300”, por ejemplo) perfila una actuación con la que también se le identificará siempre, pero que no acaba de cuajar del todo. Jamie Foxx tampoco está tan bien como en otras ocasiones (recuerdo su participación estelar en CRASH), pero es que el papel no ayuda nada. Unos cuantos buenos secundarios habituales, que cumplen en sus papeles de tan escasísima enjundia y poco más.
El director es Gary Gray, el de, por ejemplo, “Italian job” (la de los minis) o "El Negociador", y parece que se mueve mejor en la violencia simple y salvaje que en la sutileza del thriller psicológico que pretende ser ésta del ciudadano éste, pero bueno, la factura es muy correcta, la fotografía es brillante (de Jonathan Sela, francés, experto en publicidad y vídeos musicales, por ejemplo para Cristina Aguilera, Korn, Travis, Jamie Cullum, LL Cool J, Nelly...) y los efectos están a la altura de lo que se espera en estas películas perfectas para palomitas y a olvidar desde que sales del cine (a destacar por ejemplo el final, que será imagen icónica de la película).
2 comentarios:
perfecto! otra vez.
lo dices todo, no falta nada.
por cierto sabían que Gerard era el de "Atila el rey de los hunos", yo lo descubrí de aquí, XD
también destaco a Fox en "The solist" = "El solista" (otro de los pocos títulos bien traducidas), en la que le acompaña Downey jr.
Jajaja la vi el Viernes con mi chica. Y sí, algo parecido de lo que dices me pareció. Pensaba hacer una entrada, pero te me adelantaste afortunadamente. Era mejor que lo explicases así tú, todo. Muchos detalles de los que hablas me di cuenta, otros me estoy dando cuenta ahora después de que me lo hicieras reflexionar. Pero a mí el final no me gusto. La escena final está cojonuda, sacando toda la fuerza de Gerald Butler, pero tenía que haber ganado el Malo, hubiese sido más divertido.
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